Las emociones parecen gobernar nuestra vida cotidiana.
Tomamos decisiones en función de si estamos contentos, enojados, tristes,
aburridos o frustrados. Elegimos nuestras actividades y pasatiempos basándonos principalmente
en las emociones que nos sobrevienen en cada momento y nos incitan a realizar
una determinada acción.
¿Qué es
una emoción?
“Una emoción
es un estado psicológico complejo que implica tres componentes distintos: una
experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica, y una respuesta conductual o
expresiva”. (Hockenbury y Hockenbury 2007)
Vamos
centrarnos en los tres elementos:
1- La experiencia subjetiva
Aunque los
expertos creen que hay una serie de emociones básicas universales que son experimentadas
por personas de todo el mundo independientemente de su origen o de su cultura,
los investigadores también creen que la experiencia de la emoción puede ser muy subjetiva. Además,
no siempre experimentamos formas “puras” de cada emoción, ni las mismas
emociones se manifiestan ante acontecimientos o situaciones de la vida
similares.
2- La respuesta fisiológica
Si alguna vez
has sentido un nudo en el estómago, o fuertes palpitaciones en el corazón
debido a la ansiedad o el miedo, entonces sabrás que las emociones también pueden causar
reacciones fisiológicas importantes. Muchas de las reacciones físicas
que se experimentan durante una emoción, como la sudoración de las manos, el
ritmo cardíaco acelerado, la respiración rápida, son controlados por el sistema nervioso simpático, una
rama del sistema nervioso autónomo que controla las respuestas involuntarias
del cuerpo.
Mientras que
los primeros estudios sobre la fisiología de las emociones tienden a centrarse
en estas respuestas autónomas, la investigación más reciente se ha centrado en
el papel del cerebro en las emociones.
Los escáners cerebrales han demostrado que la amígdala, parte del sistema límbico, juega un papel
importante en la respuesta fisiológica emocional, y en particular en el miedo.
3- La respuesta conductual
El componente
final es tal vez con el estamos más familiarizados, por ser la expresión real de la emoción.
Gastamos una cantidad significativa de tiempo en interpretar las expresiones
emocionales de las personas que nos rodean. Nuestra capacidad de comprender con
precisión estas expresiones está ligada a lo que llamamos inteligencia emocional y estas
expresiones juegan un papel importante en nuestro lenguaje corporal en general.
Los investigadores
creen que muchas expresiones son universales, como la sonrisa para indicar
felicidad o placer, o el ceño fruncido para expresar tristeza o disgusto. Pero
las normas culturales también juegan un papel importante en la forma de
expresar e interpretar emociones. En Japón, por ejemplo, las personas tienden a
ocultar las manifestaciones de miedo o disgusto cuando se encuentran en
presencia de una figura de autoridad.
¿Cuántas
emociones hay?
En realidad,
hay un número de diferentes teorías de la emoción que intentan identificar y
clasificar la experiencia
emocional humana. En 1972, el psicólogo Paul Eckman sugiere que
existen seis emociones básicas que
son universales a lo largo de las culturas humanas: miedo, asco, enfado,
sorpresa, felicidad y tristeza. En 1999 se amplió esta lista para incluir una
serie de emociones básicas como la vergüenza, la excitación, el desprecio, el
orgullo, la satisfacción y la diversión.
Durante la
década de 1980, Robert Plutchik introdujo
otro sistema de clasificación de la emoción conocida como la “rueda de las emociones”. Este modelo
demuestra cómo las diferentes emociones pueden ser combinados o mezclados entre
sí, del mismo modo en que un artista mezcla colores primarios para crear otros
colores. Plutchik sugiere que hay 8
dimensiones emocionales primarias y contrapuestas: alegría frente a
tristeza, ira frente a miedo, confianza frente a disgusto y sorpresa frente a
anticipación. Estas emociones, pueden combinarse en una gran variedad de
formas. Por ejemplo, la felicidad y la anticipación pueden combinarse para
crear el optimismo.
¿Es lo
mismo emoción que estado de ánimo?
En el lenguaje
cotidiano, utilizamos a menudo los términos “emociones” y “estados
de ánimo” de manera intercambiable, pero los expertos hacen
distinciones entre los dos. ¿Cómo se diferencian? Una emoción es normalmente
bastante corta, al mismo tiempo que intensa. Las emociones son también
propensas a tener una causa definida e identificable. Por ejemplo, después de
estar en desacuerdo con un amigo en una conversación, es posible que nos
sintamos enojados por un corto período de tiempo.
Por su parte, un
estado de ánimo es por lo general mucho más suave que una emoción, pero de
mayor duración. En muchos casos, puede ser difícil identificar la causa
específica de un estado de ánimo. Por ejemplo, es posible sentirse triste
durante varios días sin ninguna razón aparente o identificable.
fuente:www.psicopedia.org
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