La vida de un niño altamente
sensible no es fácil. Su integración en el medio escolar suele ser complicada
debido precisamente a esta sensibilidad,
que tanto sus compañeros como los profesores van a ver de inmediato y les tachen
tal vez de solitarios o raros.
No les gustan las sorpresas ni
los cambios y prefieren la calma al movimiento. Además, sus niveles madurativos
suelen ser diferentes a los de los otros niños. Por lo tanto, puede que
encuentren dificultades para encajar. Son reflexivos e intuitivos. De hecho,
notarán aspectos de su realidad que pocos a su alrededor serán capaces de
apreciar.
Los educadores afirman que se les
debe poder identificar de forma temprana para lograr su correcta integración
escolar. Y es que, en ocasiones, muchos maestros se sienten cansados por esos
niños que les asaltan continuamente a preguntas y a complejas reflexiones para
las cuales, en ocasiones, no tienen tiempo de atender.
Esto hace que estos niños lleguen
a la adolescencia con una imagen negativa de sí mismos, sabiendo que poseen un
talento que nadie ha sabido apreciar ni valorar. Hay que saber conocerlos y
apreciarlos, dejar que desarrollen sus capacidades e inquietudes para que
logren conocerse a sí mismos, para entender qué les ocurre y cómo pueden
gestionar esa sensibilidad en propio beneficio y en el de los demás. Es
importante poner metas y objetivos a estos niños, atender sus preguntas, sus
razonamientos, darles respuesta y comprensión.
Niños con alta sensibilidad: niños al fin y al cabo
En muchas ocasiones, la madurez emocional de estos niños hace que los
padres tampoco sepan cómo tratarlos. También suele llamar la atención su
sensibilidad física, sienten el dolor de forma más rápida; en ocasiones les
molesta cierta ropa, e incluso llevar una pequeña mancha en sus chaqueta, son
insistentes en sus reflexiones y, a veces, los padres se ven desbordados.
Pero también puede ocurrir lo contrario, debido a esta madurez
emocional los padres suelen apoyarse bastante en ellos, haciéndolos partícipes
de muchas cosas del hogar. Esto también es un riesgo en ocasiones. Hay que
recordar que siguen siendo niños, y que no debemos sumar más preocupaciones a
las que normalmente sienten e intuyen en silencio.
Niños con alta sensibilidad: reflexiones finales
Según Guarino, L. R., Feldman, L., & Roger, D. (2005), los niños
con alta sensibilidad poseen importantes capacidades relacionales cognitivas y
emocionales, y sin embargo, son vulnerables en sus relaciones sociales, por lo
tanto, fomentar su desempeño social es vital para que aprovechen al máximo sus
capacidades.
No son niños con cerebros y
corazón de ancianos, son niños con necesidades diferentes, que debemos saber
entender para ayudarles en su proceso de crecimiento. Para que día a día,
encuentren su espacio y su felicidad. La alta sensibilidad es una característica
con la que hay que aprender a vivir. En ocasiones no es fácil, lo sabemos, pero
la existencia afina para los ojos de estas personas, una dimensión que pocos
son capaces de ver.
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